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La Eurocámara vota a favor de prohibir los coches de combustión en 2035 y acerca un paso más la decisión final

 

Los diputados rechazan una enmienda conservadora para suavizar y retrasar los objetivos en una jornada marcada por los choques y en la que varias decisiones sobre la transición verde tuvieron que ser aplazadas

El Pleno del Parlamento Europeo ha votado este miércoles a favor de prohibir la venta de coches con motores de combustión a partir de 2035, después de que los diputados rechazaran en el último momento una enmienda impulsada desde los grupos conservadores para suavizar la legislación. La Eurocámara, con 339 votos a favor y 249 en contra, mantiene así la ambición de la propuesta lanzada hace casi un año por la Comisión Europea y fija su posición de cara a la negociación que arranca ahora con los gobiernos nacionales, los ministros, para convertir en ley comunitaria todos los aspectos que deben llevar a la neutralidad climática en 2050.

La historia viene de lejos. En diciembre de 2020, después de un largo tira y afloja, los líderes de la Unión Europea se comprometieron a alcanzar la neutralidad climática en 2050 y reducir las emisiones de CO2 respecto a 1990 en un 55%. Ya no era mera palabrería, o aspiraciones, sino un objetivo vinculante. Un acuerdo entre todas las partes, impulsado por la ‘popular’ Von der Leyen y sus vicepresidentes Timmermans (socialista) o Vestager (liberal). Un acuerdo de gran coalición, con respaldo de los verdes y definido como la principal tarea de la legislatura.

En julio del año pasado, la Comisión Europea presentó su plan para llevar a cabo la tarea y lo bautizó Fit for 55. Una batería de medidas, reformas y nuevas legislaciones que deben empujar a los sectores más contaminantes a reducir drásticamente sus emisiones. En ese paquete, la Comisión, que es quien tiene la iniciativa legislativa en la Unión, puso fecha al fin de la venta de coches con motor de inyección y combustibles fósiles: 2035. El cálculo es que la vida media del vehículo es de 15 años, así que para lograr en 2050 la neutralidad tendría que detenerse la producción tres lustros antes.

Este miércoles el Parlamento Europeo se ha pronunciado en su sesión plenaria, pero eso no quiere decir que la discusión haya terminado. El proceso de toma de decisiones en la UE es más largo y complicado que en un país, y la Eurocámara tiene un papel, uno clave, pero no el principal o el final. Hace un año la Comisión de Ursula von der Leyen hizo su propuesta. Ahora los eurodiputados, tras largas discusiones entre todos los grupos, fijan su posición. Luego lo hacen los gobiernos nacionales a través de sus ministros (el Consejo) y arranca entonces lo que se conocen como trílogos, largas negociaciones en las que tradicionalmente la Eurocámara empuja hacia estándares más exigentes (laborales, medioambientales, en derechos) mientras las capitales tienen a ir en dirección contraria. Y cuando sellan un pacto, se convierte en ley. Es de prever que el Consejo, más sensible a las quejas del sector, intente cambios, pero los diputados harán lo posible para evitarlos.

El mes pasado, la Comisión de Medioambiente del Parlamento, que ha trabajado en la cuestión desde 2021, se pronunció a favor de la prohibición de la venta de coches nuevos que emitan gases contaminantes en los países miembros de la Unión Europea a partir de 2035, cinco años el plazo anterior. Así como de prohibir los coches nuevos que se muevan con e-fuels (combustibles sintéticos que no derivan del petróleo). Este miércoles su recomendación llego al plenario, que sin embargo tenía en la mesa una enmienda impulsada por el Partido Popular Europeo para suavizar la propuesta. Tradicionalmente la cámara es la que pide más, pero los grupos conservadores, tras una pandemia y en medio de la guerra con Ucrania, están defendiendo una posición que definen como “más realista”, y en la que sugieren reducir las emisiones de esos motores en un 90%, no completamente, para dar algo más de margen a la industria. Han estado cerca, pero en una jornada muy movida la cámara ha optado por mantener el 100%.

 

Fuente: El Mundo